A veces siento que tengo Trastorno por Deficit de Naturaleza (TDN).
Es muy probable que casi la totalidad de las personas que vivimos en ciudades tengamos ese déficit, que definió Richard Louv en 2005 en su libro “El último niño del bosque”
Para mí es una sensación física de necesidad de sentirme rodeada de naturaleza, en un lugar donde no haya asfalto, luces artificiales, ruido de tráfico, paredes que delimiten espacios… Donde el tiempo se ralentiza, mi atención deja de estar en alerta y los estímulos que me rodean me aportan serenidad más que estridencia.
La naturaleza es el lugar donde me encuentro mejor, más en paz y en armonía conmigo misma. Reconociendo que hay excepciones, a todas las personas nos pasa esto: el corazón va más lento, se reduce la presión sanguínea y disminuyen los niveles de la hormona del estrés (el cortisol) en la sangre.
Además de este beneficio para la salud, hay algo más profundo en esta vivencia nuestra en la naturaleza. Sentimos la integración en el medio natural, que al fin y al cabo es donde hemos vivido durante siglos, hasta que llegó lo artificial a la vida humana. Con esta llegada comenzamos a considerar la naturaleza como un recurso y no como nuestra casa.
Al tomar contacto con la naturaleza nos invade la sensación de formar parte de algo y el control que necesitamos en la ciudad se afloja. Conectamos con el milagro de vivir. Al observar cada insecto, cada árbol, cada flor…vidas en las cuales no intervenimos y se dan.
Ya, pero, a veces no es tan accesible pasar un día en un bosque, en una playa o en la montaña ¿no? En cambio, si es posible mirar un rato el cielo, posar la mirada en un árbol, acariciar su corteza o abrir mis oídos a todos los pajarillos del parque que cantan en primavera. Aunque no sea la sensación envolvente del paisaje natural, está a nuestro alcance darnos ese espacio interior para conectar con algo más grande.
Como inspiración os dejo este maravilloso vídeo de TED de Louie Schwartzberg
Como reto relajante, os animo a abrir los sentidos a la naturaleza que nos rodea cada día y observar cómo es volver a casa.
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